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PORNOGRAFÍA, NOS DROGAN SIN DARNOS CUENTA
¿Sabías que durante el acto sexual y el orgasmo nuestro cuerpo produce muchas hormonas de las cuales podemos volvernos adictos?
Seguro pensaras “solo nos volvemos adictos si no somos fuertes mentalmente” o “podemos volvernos adictos a todo, no solo a la pornografía”. Aquí es donde entra la simple pero bien fundamentada explicación de por qué se produce esta fuerte adicción a la droga llamada pornografía.
Nuestro cerebro y su reacción ante la droga de la pornografía.
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Cuando estamos en un proceso de excitación y placer sexual o llegamos al orgasmo nuestro cerebro produce varias hormonas, entre ellas la adrenalina (mejor conocida como epinefrina), dopamina, endorfinas, en el caso de los hombres testosterona, y en el caso de las mujeres estrógenos y occitocina. ¿Cómo esto puede influir en nuestro cuerpo para producir una adicción? ¿Si nuestro cuerpo lo produce como es que puede llegar a ser dañino?
La explicación a las preguntas anteriores es mucho más simple de lo que podríamos imaginar; la dopamina es una droga prescrita para personas que sufren del mal de parkinson y la adrenalina también es una droga usada en casos de emergencias médicas para hacer latir nuevamente el corazón. Con esto entendemos que indiferentemente de la procedencia de la cual vienen dichas hormonas estas siguen siendo consideradas drogas, sea que nuestro cuerpo las produce o que las consumimos o recibimos externamente.
En la parte central de nuestro cerebro hay una zona muy pequeña, de hecho, del tamaño de una almendra, llamada núcleo accumbens que se activa gracias a la dopamina y otros neurotransmisores anteriormente mencionados lo que produce que deseemos la sensación de placer, esto es llamado: Sistema placer/recompensa. El uso excesivo de este sistema puede producir una degeneración que disminuirá la cantidad de dopamina destinadas a las zonas del placer del cerebro, y posteriormente las células que se encargan de producir la dopamina se atrofian o deforman.
Esta deficiencia que se produce afecta directamente el núcleo accumbens y la forma en la que regulamos nuestros deseos de placer, ya que ahora esta zona del cerebro está en abstinencia y comienza a producirnos un estado de ansiedad que comienza en la necesidad de nuestro cerebro por obtener la dopamina.
Progresivamente la persona que abusó del sistema placer/recompensa comienza a volverse adicta y a ir constantemente en la búsqueda de acciones (en este caso el consumo de pornografía) que le ayuden a producir la dopamina que su cuerpo necesita, esto es un acto que se da por la necesidad de permitir a su cuerpo entrar en un estado normal a nivel hormonal. Mientras la persona continua en este círculo vicioso comienza a de-sensibilizar sus circuitos de recompensa, por lo tanto los estímulos que necesitara deberán ser más frecuentes y ser mucho más fuertes para así lograr aumentar la dopamina. Mientras este proceso sigue y se da una y otra vez los estímulos y su frecuencia deberán ser cada vez más elevados.
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Posteriormente los lóbulos frontales de nuestro cerebro también se ven afectados por dichas acciones constantes, ¿Por qué es esto relevante? Los lóbulos frontales son los que se encargan de manejar conscientemente las acciones voluntarias, lo que nos ayuda a mantener un sano juicio. Con el tiempo estos se atrofian y se encogen disminuyendo significativamente la capacidad del individuo para controlar y evitar las consecuencias de su adicción; Las personas que presentan daños en los lóbulos frontales presentan:
- Actitudes impulsivas: No miden las consecuencias de sus actos.
- Compulsiones: Implica conductas obsesivas, tienen que obtener lo que quieren pase lo que pase.
- Cambios de humor frecuentes: Se convierten en personas emocionalmente inestables, tienen cambios de humor frecuentes e incontrolables.
- Alteraciones del juicio: Pierden la capacidad de analizar, razonar y participar en actividades que no sean dañinas ni estén fuera de lugar.
Cabe mencionar que este tipo de problemas en los lóbulos frontales pueden darse de distintas maneras, mediante un accidente o gracias a cualquier tipo de adicción y tomando en cuenta todo lo anteriormente mencionado queda claro que la pornografía fácilmente puede convertirse en una adicción que nos dañara y nos atrofiara la humanidad y una normal y feliz vida social, familiar, amorosa o personal.
La pornografía por ser de fácil acceso (si lo comparamos con el hecho de conseguir una pareja íntima) colabora profundamente a producir esta adicción, por lo que se considera una droga indirecta pero eficiente al momento de atrofiar y dañar la sanidad de nuestro cerebro, lo que a su vez deteriora nuestra sanidad mental.
Claro que mediante la abstinencia o terapias esto puede superarse y con el tiempo podrías recuperar tu sano juicio y salud cerebral pero la recuperación siempre dejara una marca.
Por tanto si tienes esta adicción o estas consumiendo material pornográfico ten cuidado, estas en una zona muy peligrosa que a la larga te causara estragos profundos y difíciles de borrar.
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PORNOGRAFÍA: LA VERDADERA HISTORIA DETRÁS DEL PLACER (PARTE I - OSCURO MERCADO MULTIMILLONARIO)
Fuente: La Opcion V
